miércoles, 21 de enero de 2015

Vivir, no sé si me explico.

Ayer desperté desconcertada, un tanto confundida y aturdida. Siempre pensé que lo que tuvimos era diferente a lo del resto, siempre me gustó creer en nosotros más que en cualquier otra cosa, y sobretodo nunca pensé que pudiera dejar de quererte. Pero eso ha cambiado, y  no sabes la pena que me causa mi indiferencia. Una relación termina realmente entre dos personas cuando ninguna de ellas cree ya en esa unión. Y lo cierto es que ya no queda nada, ya no existe eso que un día existió, ya no hay nadie que crea en nosotros dos ni en nuestro amor. ¿Acaso fue eso? ¿Amor? ¿O tal vez fue obsesión? ¿Rutina? Quiero pensar que el amor es otra cosa, que es mucho más de lo que vivimos, más puro y atrevido, mucho más loco y gratificante.
Quiero pensar que el mejor amor es a uno mismo, aunque suene egoísta o egocéntrico, no sé si me explico. La belleza de enamorarse de tu propia vida, de tus propios planes, de tu forma de ver las cosas, enamorarse de los amigos, del entorno. Vivir como quieres realmente vivir, ser feliz y enamorarte de todo lo que haces a lo largo del día o a lo largo de las noches. ¿Hay mejor sensación que esa? En mi opinión no, no la hay. Hay demasiadas cosas bellas en esta vida, cosas que pueden pasar desapercibidas cuando intentamos obcecarnos con alguien o en algo que en verdad no nos gusta, sólo porque es lo habitual; pero cuando de verdad te enamoras cada día de lo insignificante de la vida, es porque eres feliz y porque te has encontrado a tu 'yo' más íntimo y te has enamorado de él. Enamorarse, que palabra más bella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario